12/6/09
Estrategias frente a las pausas laborales en el siglo XXI
En el libro “Burbujas de ocio, nuevas formas de consumo cultural”, de Roberto Igarza, editado por la Crujía, hay un capítulo referido al impacto de las nuevas tecnologías en las formas de trabajo. Allí el autor se explaya sobre cómo la mensajería instantánea, la telefonía móvil, el correo electrónico entre otros medios de comunicación e información están cambiando la cultura del trabajo. Esto acompañado de la multidentidad generacional que como dicen es la primera vez en la historia que las compañías contienen a cuatro generaciones diferentes. Esto significa que cuatro identidades culturales interactúan en un marco normativo que no siempre es aceptado por cada uno de los actores.
Gran parte de las oficinas administrativas de las empresas del mundo se radican en la metrópoli y las mayorías en las denominadas megaciudades. Allí la vida es rápida, ruidosa y apabullante, entre otros modos perturbadores que afectan la calidad de vida y la concentración en el trabajo. En ese contexto las distracciones son diversas y a veces necesarias. En las oficinas el correo electrónico, internet, el MSN y la telefonía móvil son herramientas de trabajo, pero también de recreo. En un mundo corporativo con cada vez más trabajadores conectados en red (para el trabajo y el ocio), el buen uso de estas herramientas para que no afecten a la productividad es un desafío de gestión para las empresas.
Una de las razones que se ponen en juego para aceptar las nuevas tecnologías es que son generadoras de interrupciones constantes en la tarea, lo que lleva a que el trabajo se realice más lento y a veces mal. No sólo porque las perturbaciones ocupan el tiempo de trabajo, sino porque volver a la tarea anterior es costoso para la mente humana. Estudios realizados afirman que cuando una persona es interrumpida varias veces en su trabajo su coeficiente intelectual orientado a la tarea que estaba desarrollando disminuye en más de 10 puntos, y volver a la tarea que estaba realizando tiene un desgaste emocional e intelectual altísimo.
En el siglo pasado las distracciones eran otras y el teléfono de línea resultó un instrumento alborotador para la generación que necesitaba de tiempo y espacio de concentración para su tarea, aunque fue y es una herramienta útil. Las nuevas tecnologías también lo son, pero han cambiado el entorno. El reto para las compañías no solo está dado en relación a la maximización de las horas de trabajo, sino también a la retención de talentos, a la migración de sus colaboradores y a la infraestructura espacial de sus oficinas y plantas productoras.
Según un estudio realizado en EE.UU, internet, sus herramientas y la telefonía móvil es el responsable de ocupar el 20% de las horas perdidas en el trabajo y de ser causantes de interrupciones continuas. Según parece la mayoría de esas obstrucciones son por causa del aburrimiento y por tareas de índole personal y no relacionada con el trabajo.
Los cambios culturales en el trabajo incrementaron las denominadas “micropausas”. Un poco más de una década atrás, las treguas en el trabajo eran tres: a media mañana, al mediodía para almorzar y a media tarde. Todas necesarias para desconcentrar y volver a concentrar la mente. Hoy muchos empleados no salen a almorzar, muchos otros realizan su trabajo a deshora y todos comparten su día con su laptop y su i-phone. Esto genera estrés, baja en la productividad y acrecienta la distracción. No es cierto que se pueda estar conectado a varios estímulos a la vez. La tarea laboral necesita de cierta concentración, por ello los métodos actuales recomiendan muchas pausas cortas.
¿Qué hacer en la oficina con el entorno tecnológico? Es una de las preguntas que deberían comenzar a hacerse quienes deben gestionar personas. Pero también cómo usar mejor esas tecnologías es una pregunta necesaria.
El capítulo del libro mencionado, denominado “cuando las burbujas invaden los escritorios”, presenta ejes para pensar sobre los desafíos creativos que son necesarios para enfrentar la nueva cultura generacional y laboral en torno a las TICS en las empresas. Desde el área de recursos humanos y el área de comunicación se deberá tener en cuenta el uso de estas herramientas sobre la base de estos tres conceptos: pausas, interrupciones y productividad.
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